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Grietas del Altiplano Tamaulipeco: ¿Síntoma de una crisis geológica y ambiental?
Resumen: Este artículo explora la aparición de grandes grietas en el Altiplano de Tamaulipas, destacando su extensión, causas y posibles implicaciones en la seguridad y sostenibilidad de los acuíferos locales.
Palabras Clave: Grietas del terreno, acuíferos fracturados, balance hídrico, sobreexplotación, geología del Altiplano, presiones tectónicas.
En los últimos meses, diversas comunidades del Altiplano tamaulipeco han reportado la aparición de grietas de gran extensión y profundidad. Estas fracturas, visibles en zonas rurales y urbanas, amenazan la infraestructura vial, viviendas y tierras agrícolas. Aunque las grietas son un fenómeno observable, entender sus causas requiere un análisis detallado de la interacción entre los acuíferos, la geología y la dinámica hidrológica.
La región del Altiplano Tamaulipeco se caracteriza por la presencia de acuíferos kársticos y fracturados, donde el agua subterránea fluye a través de fisuras y conductos naturales en rocas calizas de la Formación El Abra y otras unidades geológicas importantes (Ventura-Houle et al., 2021; Guevara-Mansilla y Ventura-Houle, 2020). Este tipo de acuíferos presenta una alta heterogeneidad y vulnerabilidad, ya que su permeabilidad depende de las fracturas conectadas, lo que complica su gestión sostenible (Ventura-Houle et al., 2021). La región también se encuentra influenciada por procesos tectónicos activos de la Sierra Madre Oriental, cuyas fallas y plegamientos estructurales afectan directamente el comportamiento del suelo (Guevara-Mansilla y Ventura-Houle, 2020).
La región se caracteriza por un sistema acuífero kárstico-fracturado desarrollado principalmente en la Formación El Abra, con espesores entre 1500-2000 m. Este sistema presenta dos unidades hidrogeológicas principales:
De acuerdo con la CONAGUA (2024), los estudios hidrogeológicos en el acuífero Tula-Bustamante han determinado que la conductividad hidráulica varía entre 1.2×10⁻⁷ a 8.7×10⁻⁷ m/s (0.01 a 75.2 m/d), con transmisividades de 3.8×10⁻⁵ a 261.5×10⁻³ m²/s. Estos valores fueron obtenidos de 15 pruebas de bombeo realizadas en etapa de abatimiento y recuperación, indicando la alta heterogeneidad característica de los acuíferos kársticos.
Para el proceso hidrogeoquímico de dedolomitización:
La ecuación representa la interacción entre:
CaMg(CO₃)₂ + CaSO₄·2H₂O → 2CaCO₃ + Mg²⁺ + SO₄²⁻ + 2H₂O
En términos simples, cuando el agua subterránea rica en yeso circula a través de las rocas dolomíticas, provoca la disolución de la dolomita y la precipitación de calcita, aumentando la concentración de magnesio y sulfatos en el agua. Este proceso, identificado por Ventura-Houle et al. (2021), explica la evolución química del agua desde facies bicarbonatadas hacia sulfatadas en la dirección del flujo.
Las grietas se han identificado principalmente en los municipios de Tula, Bustamante y Miquihuana, siguiendo patrones alineados con fallas geológicas conocidas y zonas de alta actividad tectónica. Algunas de estas grietas alcanzan varios metros de ancho y profundidad, afectando carreteras, viviendas y cultivos. Estudios previos han mostrado que la región sufre una recarga limitada debido a bajas precipitaciones, con valores anuales promedio inferiores a los 450 mm (CONAGUA, 2024). Este balance hídrico negativo sugiere que las entradas de agua son insuficientes para compensar la extracción subterránea, lo que puede inducir el colapso del suelo.
Las grietas representan un riesgo significativo para la estabilidad del terreno y la disponibilidad de agua subterránea. La agricultura, principal actividad económica de la región, depende de los acuíferos, y su deterioro podría reducir drásticamente la producción. Además, las viviendas y la infraestructura vial corren el riesgo de sufrir daños permanentes.
Las grietas pueden explicarse por una combinación de factores:
Cálculos recientes de la disponibilidad de agua en el acuífero Tula-Bustamante muestran un déficit creciente, con una extracción de aproximadamente 15.8 millones de m3/año frente a una recarga de 54 millones de m3/año (CONAGUA, 2024). Este desequilibrio provoca un descenso continuo del nivel freático, que en algunas zonas ha alcanzado profundidades críticas superiores a los 50 m. Este descenso aumenta las presiones verticales sobre el suelo y fomenta la formación de grietas.
El déficit hídrico se puede expresar como:
ΔS = R - (Eh + B)
Donde:
ΔS = Cambio en almacenamiento del acuífero
R = Recarga total (43.8×10⁶ m³/año) - Dato reportado por CONAGUA (2024)
Eh = Salidas horizontales hacia otros acuíferos o manantiales
B = Bombeo o extracción (40.8×10⁶ m³/año) - Volumen concesionado según CONAGUA (2024)
Los estudios hidrogeológicos realizados en el acuífero (Guevara-Mansilla et al., 2020) han identificado que el flujo subterráneo está fuertemente controlado por estructuras geológicas con orientaciones predominantes N-S y NE-SW. Estas estructuras no solo facilitan la circulación del agua sino que también pueden actuar como barreras hidrogeológicas, compartimentando el acuífero.
La disminución del almacenamiento subterráneo, evidenciada por el descenso de niveles piezométricos, reduce la presión de poro en el subsuelo. Este proceso, combinado con la presencia de estructuras geológicas preexistentes y procesos de disolución kárstica, puede explicar la formación de las grietas observadas en la región.
En condiciones normales, el peso de las capas superiores (σt) es soportado por dos componentes:
Esto se expresa matemáticamente como: σ' = σt - u
Donde:
σ' = La carga que soporta la roca
σt = El peso total de las capas superiores
u = La presión del agua en los poros
Por ejemplo: Si tenemos un peso total de 100 kg/cm² y una presión de agua de 40 kg/cm², la roca solo soporta 60 kg/cm².
Qué Ocurre Cuando Extraemos Agua
Cuando bombeamos agua del acuífero:
Siguiendo el ejemplo: Si la presión del agua baja a 20 kg/cm², ahora la roca debe soportar 80 kg/cm².
Compresión y Hundimiento. El hundimiento se calcula con la fórmula:
ΔH = H × Cc × log(σ'f/σ'i)
Pongamos un ejemplo práctico: H = 100 metros (espesor del acuífero); Cc = 0.2 (índice de compresión típico); σ'i = 60 kg/cm² (esfuerzo inicial); σ'f = 80 kg/cm² (esfuerzo final)
ΔH = 100 × 0.2 × log(80/60) = 2.5 metros de hundimiento;
Las grietas aparecen porque:
a) El terreno no se hunde uniformemente
b) Existen zonas más débiles (fallas y fracturas)
c) Hay disolución de rocas (karst)
Pensemos en el terreno como una sábana:
En nuestro acuífero, la situación es crítica porque:
a) Extracción intensiva:
b) Rocas solubles:
CONCLUSIONES
Para mitigar los efectos de este fenómeno, se recomienda:
Estas medidas deben ser parte de una estrategia integrada de gestión del agua que garantice la sostenibilidad a largo plazo de los acuíferos y la seguridad de las comunidades.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CONAGUA (2024). Actualización de la disponibilidad media anual de agua en el acuífero Tula-Bustamante.
Ventura-Houle, R., Guevara-Mansilla, O., & Requena-Lara, G. (2021). Water–rock interactions in a karst aquifer located in southwestern Tamaulipas, Mexico. Carbonates and Evaporites, 36:59.
Guevara-Mansilla, O., & Ventura-Houle, R. (2020). Hydrochemistry and physicochemical parameters in fractured aquifers. Environmental Earth Sciences, 79:352.
IAEA (2006). Isotopic Techniques in Water Resources Development.